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jueves, 6 de noviembre de 2014

Cárcel La Victoria en El Informe con Alicia Ortega.

El lunes pasado, 3 de noviembre del 2014, el programa “el Informe” de Alicia Ortega, presentó un reportaje especial grabado en la cárcel de la Victoria y allí pudimos ver como muchos individuos se quejaban de tener descargos emitidos por el tribunal que conoció sus casos, y ellos todavía siguen en prisión. Peor aún, algunos están presos y no han sido conocidas sus causas en uno y dos años porque el sistema no los lleva a los tribunales,  a sabiendas de que el hecho cometido por ellos conlleva una pena menor al tiempo que llevan recluídos, pero ese es el precio a pagar por ser hijos de Machepa. Presentaron hombres llorando, dominicanos presos que manifestaban sus miedos ante las cámaras de El Informe, otros llenos de odio y sed de venganza que amenazaban con desquitarse con los policías que los maltratan, cuando ellos estén de regreso en la calle. Uno que hizo una denuncia en la mañana y en la tarde mostró los hematomas sufridos por haber hecho la denuncia; papelitos enregados a Alicia Ortega donde denunciaban a un tal capitán Castillo que tiene una especie de pensión a su mando dentro del penal, donde los internos que tienen dinero pagan más de treinta mil pesos mensuales por una cama, aunque el director de la Victoria no estaba seguro de conocer al susodicho ¡Cosa tan rara! Algunos hombres jóvenes inteligentes que imparten docencia en el penal mientras purgan sus condenas, un pequeño grupo que puede hacer algunos cursos técnicos,  y otros que tienen que vivir con sus pocas pertenencias a cuestas el día entero hasta que llegue la noche y puedan tirarse en cualquier lado del piso a ¿¡descansar!?. Hasta un asesinato ocurrió en presencia de Alicia Ortega, un ajuste de cuenta contra un expolicía que supuestamente había matado en la calle a un hermano y a algunos amigos del victimario. El expolicía fue asesinado con una pistola que su compañero de infortunio había conseguido cinco días antes con el propósito de llevar a cabo su venganza. El tipo relató todo esto ante la cámara sin inmutarse sólo minutos después de haberle dado seis tiros al expolicía.

Lo más terrible es que esa cárcel, con capacidad para albergar 2000 reclusos, en la actualidad tiene una población carcelaria de 8,500 internos, la mayoría de ellos viviendo en un hacinamiento despiadado. Es algo conocido por todos pero la gente se resiste siquiera a pensar en ello. Si ocurre una tragedia provocada por un fenómeno natural, en seguida los dominicanos somos compasivos y solidarios, pero esa tragedia, la realidad de las cárceles de nuestro país, es una tragedia constante y permanente que al parecer no toca la sensibilidad que siempre nos ha caracterizado. La mayoría de esos internos todavía no ha recibido una sentencia condenatoria que los haga legalmente merecedores de cumplir condena, pero allí pasan los días al lado de individuos condenados a veinte y treinta años, que en lo último que piensan es en si algún día volverán a estar en la calle. ¿Cómo es que nos mostramos tan indiferentes ante tanto dolor humano y tanta injusticia? Así no somos los dominicanos.

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